El combustible que emplea:
El combustible que se usa generalmente es gasolina, es un derivado del petróleo, posee un alto poder calorífico.
La gasolina es una sustancia muy volátil, se gasifica con facilidad, lo que favorece la unión con el oxígeno del aire para realizar la mezcla. La volatilidad del combustible mejora a medida que aumenta la temperatura.
Otra característica importante de la gasolina es el indice de octanos, que define el poder antidetonante, es decir la temperatura que puede alcanzar cuando se comprime sin que llegue a autoencenderse. A medida que aumenta el índice de octanos, disminuye el riego de autoencendido.
Podemos encontrar en la actualidad gasolina de 95 y 98 Octanos, aunque ciertas compañías están comercializando gasolina de 97 y 100 octanos.
El autoencendido ocurre cuando el combustible se inflama de forma espontánea, independientemente del encendido por chispa.
Este fenómeno resulta perjudicial para el motor.
El poder calorifico de la gasolina de 95 Octanos es de 10.400Kcal/Kg o 44.000KJ/Kg.
El poder calorifico de la gasolina de 98 Octanos es de 10.550Kcal/Kg o 44.141KJ/Kg.
También se encuentra el motor diésel que consume generalmente gasóleo, un carburante que se obtiene por la destilación de petróleo y tiene un poder calorífico de unos 42.000 KJ/kg (10.000kcal/kg).
Este combustible debe de estar libre de impurezas y agua para evitar averías en el sistema de inyección.
El gasóleo tiene que inflamarse rápidamente al momento inyectarse a la cámara de combustión, por lo que tiene una baja temperatura de inflamación.
La viscosidad del gasóleo aumenta a bajas temperaturas, cuando la temperatura es inferior a -25ºC, tiene dificultades para pasar a través de los filtros y conductos del sistema de inyección.
También se utiliza habitualmente el biodiésel, un combustible que se produce a partir de aceites vegetales
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